Katia Lemus Barajas
Al menos 400 líderes de la sociedad signaron la Alianza por una Cultura para la Paz que promovió la Diócesis de Querétaro, a través del obispo, monseñor Fidencio López Plaza, como parte de las acciones por la paz que impulsó la Conferencia del Episcopado Mexicano.
López Plaza recordó que, si bien se ha sufrido una pandemia sanitaria, nos aquejan otras pandemias de índole moral, familiar, económica, social y cultural. Todas ellas han traído dolor y muerte al seno de nuestras familias y comunidades.
“El ruido de la información sobre la violencia, impunidad, polarización e inseguridad nos aturde y angustia. Vemos con tristeza y profunda preocupación como algunos de estos escenarios se recrudecen y normalizan, de manera particular hacia las mujeres, niños y niñas”.
Refirió que la crisis que experimentamos nos ha llevado a cuestionar el valor de la persona humana y su innata capacidad de vivir en armonía.
“Esta alianza es un medio de hacer explícito este compromiso y así convertirnos en constructores de la paz desde los lugares y circunstancias en los que transcurren nuestras vidas”.
Es además, dijo, un compromiso para trabajar juntos, superando nuestras diferencias para lograr un bien superior: la paz como un elemento esencial del bien común.
“La paz no es el equilibrio de fuerzas opuestas ni la ausencia de guerra y violencia. La paz es un estado dinámico como la vida misma y la interacción entre las personas, la paz se construye, perfecciona y reconstruye permanentemente en el encuentro cotidiano con quienes nos rodean. Es obra de la justicia y efecto del reconocimiento de la dignidad del otro”.
Reconoció en la educación un camino propicio para visibilizar, concientizar, comprender la cultura para la paz y así asumirnos como agentes educativos y transformadores, en los ambientes y espacios que nuestra cotidianidad nos presenta.
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