Este jueves ministros del Interior de la UE, han aprobado recibir de manera masiva a refugiados que huyen de la guerra en Ucrania.
La decisión persigue no solo facilitar la llegada de cientos de miles de ucranios asediados por los bombardeos del presidente ruso, Vladímir Putin, sino también que puedan permanecer en la UE durante al menos un año, plazo renovable si fuera necesario.
El marco legal, en forma de directiva, estaba listo desde 2001, cuando se aprobó con la memoria reciente del conflicto en los Balcanes, sin embargo no había sido activado.
“Los casos de afluencia masiva de personas desplazadas que no pueden volver a su país de origen han aumentado considerablemente estos últimos años en Europa”, justifica el texto, que cumplirá 21 años en agosto.
En él se garantiza un amplio abanico de derechos a quienes huyen de algún tipo de catástrofe. Y en estas calamidades se incluye, por supuesto, una guerra como la que estos días sufre Ucrania.
La norma comunitaria contempla ofrecer protección a los que lleguen en ámbitos como los permisos de residencia y trabajo, el acceso a la vivienda, la asistencia social y médica. Los menores también tienen derecho a educación.
La medida tiene un amplio alcance, ya que no hay restricción alguna para los ucranianos que salgan o hayan salido de su país desde el 24 de febrero, cuando comenzó la guerra. Tampoco para quienes residan en el país del este y tengan el estatus legal de refugiados.
La situación cambia para quienes vivieran en Ucrania por trabajo o estudios. En estos supuestos, la directiva de protección temporal no se les aplica, y se deja en manos de los Estados miembros y de sus legislaciones. No obstante, la comisaria Johansson ha señalado en su comparecencia que sí se les permitirá la entrada y se les dará ayuda, aunque tendrán que volver a sus países de origen.
Las personas que gocen de esta protección temporal podrá moverse libremente por cualquier Estado de la UE y tendrán garantizados esos derechos durante un año, un periodo que podrá prorrogarse por seis meses dos veces.
Fuente: El País
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