Este martes el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció la prohibición del petróleo y otras importaciones energéticas rusas, como otra sanción a Rusia por la invasión de Ucrania, destacando el fuerte apoyo bipartidista a una medida que reconoció que hará subir los precios de la energía.
En conferencia de prensa desde la Casa Blanca, Biden dijo: “Prohibimos todas las importaciones de petróleo y gas de Rusia”
“Esto significa que el petróleo ruso ya no será aceptable en los puertos de Estados Unidos y que el pueblo estadounidense asestará otro golpe poderoso a la máquina de guerra de (Vladimir) Putin”, añadió, en referencia al mandatario ruso.
En su mensaje, Biden dijo que la crisis entre Rusia y Ucrania es un recordatorio de que Estados Unidos debe ser independiente en el tema energético y debe motivar la aceleración de la transición a energías más limpias porque estas reducirán los costos de las mismas
Después del anuncio de Biden, Reino Unido anunció que dejará de importar crudo y productos petroleros rusos de forma gradual hasta fines de 2022
Biden estuvo trabajando con sus aliados en Europa, que son mucho más dependientes del crudo y energía rusa, para aislar a la economía de Rusia.
Tras la noticia los precios del petróleo se dispararon. El crudo referencial Brent para mayo subía un 6.57%, a 131.37 dólares por barril, a las 1721 GMT.
La prohibición de importaciones de petróleo ruso por parte de Europa y Estados Unidos podría hacer que los precios globales se disparen hasta los 200 dólares el barril, dijeron analistas de la consultora Rystad Energy, con sede en Oslo.
Muchos operadores ya están evitando el petróleo ruso para no enredarse en las sanciones existentes.
Shell dijo que detendría todas las compras al contado de crudo ruso después de recibir críticas por una licitación el pasado 4 de marzo.
Fuente: Forbes
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