España da un importante paso contra el desperdicio de comida y se convierte en el tercer país de la Unión Europea (UE) en legislar al respecto, tras Francia e Italia.
El proyecto de ley que quiere implementar España busca evitar que se tiren a la basura más de 1.300 millones de kilos de alimentos al año, unos 31 kilos por persona obligando a todos los actores de la cadena alimentaria a contar con un plan de prevención del desperdicio de alimentos si no quieren afrontar multas de entre 2.000 y 60.000 euros.
Luis Planas, ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación de España, considera que esta ley «es un instrumento legal pionero para prevenir la ineficiencia en la cadena alimentaria, es decir, la pérdida y el desperdicio con consecuencias económicas, sociales, ambientales y éticas».
En 2020, los hogares españoles tiraron 1.300 millones de kilos de comida. Los productos más feos van a la basura y se calcula que el 15% de las cosechas no llegan a los consumidores porque buscan productos estéticos. «La gente come con la vista no con el paladar» se quejan los agricultores quienes aseguran que la gente consume productos más caros cuya calidad es peor.
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