El gobierno del primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, está hundido en una fuerte crisis derivada del escándalo sexual en el que se vio involucrado Chris Pincher, un parlamentario conservador que es cercano a Johnson.
El pasado 30 de junio, se supo que el entonces subjefe de la bancada del Partido Conservador en el Parlamento, Chris Pincher, había manoseado a dos hombres en un club privado en Londres. Esto favoreció que se conocieran al menos otros seis casos de supuesta conducta sexual inapropiada por parte de Pincher. Ante dichas acusaciones, el parlamentario renunció inmediatamente.
Derivado de esto, y otros escándalos en los que el primer ministro se ha visto involucrado, diversos funcionarios han renunciado a sus puestos asegurando que el gobierno no está buscando el interés nacional, como el ministro de Hacienda, Rishi Sunak, el ministro de Salud, Sajid Javid, y el ministro del Tesoro, John Glen, quienes ponen en tela de juicio la competencia de Johnson para liderar el país.
Esta crisis se suma al “partygate”, escándalo en el que salió a la luz pública fotos y pruebas de celebraciones en la sede del gobierno mientras el resto del país se encontraba confinado por las restricciones impuestas por el propio gobierno de Johnson durante la pandemia de covid-19.
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