Unas 240 ballenas murieron tras quedarse atrapadas en una playa en las remotas islas Chatham, a unos 840 kilómetros de la Isla Sur de Nueva Zelanda.
El Ministerio de Conservación de Nueva Zelanda señaló que este es el segundo varamiento de cetáceos en menos de una semana, lo que ha provocado casi medio millar de animales muertos. En un comunicado también informó que sus equipos están trabajando en este varamiento.
Las ballenas sobrevivientes fueron eutanasiadas para evitarles un «mayor sufrimiento», ya que sus regulaciones prohíben reflotarlas debido al riesgo de ataques de tiburones, tanto al personal como a los mamíferos heridos.
«Esta decisión nunca se toma a la ligera, pero en casos como este es la opción más amable», subrayó el asesor técnico de asuntos marinos del Ministerio, Dave Lundquist.
Muchos mamíferos marinos, entre ellos ballenas y delfines, suelen quedar varados con frecuencia en las costas del sur de Australia y de Nueva Zelanda, sin que los expertos hayan logrado esclarecer los motivos.
Fuente: DW
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