Las autoridades en Estados Unidos informaron que una operadora del 911, el número de emergencia en el país, tomó la llamada de su propia hija, quien pedía ayuda urgente porque una mujer armada ingresó a su trabajo, un restaurante de comida rápida de la cadena McDonald’s, y los encerró a todos para asaltar el lugar.
Teri Clark, subgerente de operaciones de comunicaciones del distrito, ayudaba al personal del servicio de llamadas de emergencia cuando reconoció la voz de la chica angustiada que se encontraba en estado de shock y pedía auxilio a través del teléfono.
Posteriormente, la joven, identificada como Tanía Hill, señaló que en su lugar de trabajo, un restaurante de comida rápida ubicado en Nueva Orleans, entró una asaltante, quien la encerró junto a sus compañeros de trabajo, causandoles temor y pánico.
Teri contó que sintió mucha angustia cuando se dio cuenta que la persona al otro lado del teléfono era su hija Tania, con quien mantuvo una conversación muy tensa y desesperada, pues la joven le pedía a su madre que enviará ayuda pronto, ya que la presunta asaltante tenía un arma.
La operadora del 911 aceptó que durante la llamada se le salieron las lágrimas, pues sentía mucha angustia por la situación y más porque Tania le confesó que estaban encerrados en el congelador, lo que implicaba que todos corrían el riesgo de morir por hipotermia. Sin embargo, Teri mantuvo la compostura hasta que la ayuda llegó y nadie resultó herido.
Ante el hecho, el director ejecutivo del distrito de comunicaciones, Tyrell Morris, aplaudió la calma con la que Teri atendió y apoyó en la afortunada resolución de la situación y señaló que es un brillante ejemplo de lo que hacen los héroes del 911.
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