Miguel Gallardo
Un penalty atajado por el guardameta mexicano, Guillermo Ochoa, fue lo que prendió el ambiente en los aproximadamente 500 aficionados que se dieron cita en el exterior del Estadio Corregidora de Querétaro para presenciar el juego entre las selecciones de México y Polonia.
Alrededor de las 9:00 de la mañana comenzaron a llegar, unos en auto y otros a pie, pero la mayoría con la camiseta verde puesta.
El primer tiempo transcurrió con escasas emociones para terminar con empate a cero sin jugadas de peligro.
Fue al minuto 57 cuando el jugador polaco tiro el penal que fue detenido por Ochoa, quien se tiró a su costado izquierdo para levantar el grito de los aficionados.
Los asistentes al Estadio Corregidora se mantuvieron tensos en espera de un gol de la escuadra mexicana, pero éste nunca llegó.
Al final los aficionados se fueron resignados con el empate a cero goles, pero con sabor a triunfo.
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