Gran parte de Ucrania, incluida su capital, Kiev, sigue sin electricidad tras los últimos bombardeos rusos contra las infraestructuras energéticas, en momentos en que la temperatura alcanza ya los cero grados centígrados.
Millones de personas sufrieron estos apagones durante las últimas semanas, al tiempo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que el próximo invierno puede ser «una amenaza para la vida» para los ucranianos.
«La situación con la electricidad continúa siendo muy difícil en casi todas las regiones», dijo el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski. «Sin embargo, gradualmente dejamos atrás los apagones, cada hora devolvemos la energía a nuevos consumidores», añadió.
Según el Ministerio ucraniano de Energía, los bombardeos dejaron sin electricidad a unos 40 millones de habitantes, siendo la región occidental de Jmelnitsky las más afectada, con la red a un 35% de su capacidad, mientras que en la oriental región de Járkov había unos 300 mil residentes todavía sin energía.
Entretanto, Moscú sigue hostigando ciudades de manera focalizada, sin señales de que el conflicto que se inició hace exactamente nueve meses tenga un fin cercano.
Fuente: DW
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