El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y su par ruso, Vladimir Putin, discutieron ayer el suministro de granos y un posible centro regional de gas en Turquía.
Las relaciones con Turquía, miembro de la Organización del Tratado del Atlántico (OTAN), son vitales para Rusia en un momento en que Occidente lo ha golpeado con oleadas de sanciones económicas, a las que Turquía no se ha unido.
Aunque Turquía rechazó la decisión rusa de anexar cuatro regiones ucranianas a su territorio, ha actuado como mediador ante la Organización de Naciones Unidas en un acuerdo que garantiza las exportaciones de cereales tanto de Ucrania como de Rusia, dos de los mayores productores del mundo.
“El presidente Erdogan expresó su sincero deseo de que termine la guerra entre Rusia y Ucrania lo antes posible”, indicó ayer la presidencia turca y afirmó que Ankara y Moscú podrían comenzar a trabajar en la exportación de otros productos alimenticios y materias primas a través del corredor de granos del mar Negro, señaló el gobierno turco.
Al mismo tiempo, Rusia ha instado a la ONU a presionar a Occidente para que levante algunas sanciones con el fin de garantizar que pueda exportar libremente sus fertilizantes y productos agrícolas, parte del acuerdo de granos del mar Negro que, según Moscú, no se ha implementado.
Añadió que los dos líderes también discutieron una iniciativa para crear una base en Turquía para las exportaciones de gas natural ruso. Putin propuso la idea en octubre como un medio para redirigir los suministros de los oleoductos Nord Stream de Rusia a Europa, que resultaron dañados por explosiones en septiembre. Erdogan ha apoyado el concepto.
Fuente: La Jornada
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