Al menos 31 cadáveres, casi todos desmembrados, han sido extraídos de 80 bolsas de plástico encontradas en dos fosas clandestinas descubiertas en un predio del municipio de Tlajomulco, Jalisco, según informó el fiscal, Luis Joaquín Méndez Ruiz, quien apuntó que los trabajos de exhumación continúan.
Dichas sepulturas están en el ejido Los Ocotes, en un área semirrural, en la que desde finales de enero hubo evidencias de que se desenterraban cuerpos humanos. “Por lo menos 50 por ciento de las víctimas localizadas, son las personas que ya tenemos preidentificadas, con algunos datos para entregar a sus familiares”, dijo Méndez.
Comentó que en este caso hay dos fosas cercanas entre sí; por eso se dividió al personal policial, ministerial y forense para avanzar “lo más rápido que se pueda”.
En el estado se descubrieron 48 fosas el año pasado, muchas de ellas como resultado de denuncias a colectivos de madres buscadoras. La fiscalía estatal dio a conocer que se rescataron 301 cuerpos de esos sitios. Y desde diciembre de 2018, cuando se inició la actual administración estatal, hasta el año pasado, sumaban 128 sepulturas clandestinas con mil 426 víctimas en su interior.
La zona metropolitana de Guadalajara es la preferida por los delincuentes para sepultar a sus víctimas. Después de Tlajomulco, los lugares más usados para entierros clandestinos en los últimos cuatro años han sido Zapopan, Tlaquepaque, El Salto y Tonalá.
Fuente: La Jornada
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