Un nuevo terremoto azotó la zona fronteriza entre Siria y Turquía, la misma que hace exactas dos semanas sufrió dos fuertes movimientos telúricos que destruyeron decenas de miles de hogares y causaron la muerte de al menos 47 mil personas en ambos países, 41 mil de ellas en Turquía.
Los primeros reportes afirman que se trató de un sismo de magnitud 6.4 y testigos desde la ciudad de Antioquía, Turquía, reportaron daños en los edificios que permanecían en pie tras los sismos del pasado 6 de febrero, así como escenas de pánico entre quienes ahora tienen que vivir en tiendas de campaña.
El epicentro del sismo fue localizado en el distrito de Defne, provincia de Hatay, a 2 kilómetros de profundidad, según el Centro Sismológico Europeo Mediterráneo (EMSC) y fue sentido también en Egipto y Líbano.
Las autoridades presentes en las ciudades afectadas, donde siguen las labores de remoción de escombros y búsqueda de cuerpos, llamaron a la población a mantener la calma. El Ayuntamiento de Defne indicó que hubo un corte de electricidad y que toda la zona está a oscuras.
Lütfü Savaş, alcalde de Antioquía, a unos 25 kilómetros del epicentro, aseguró que varios edificios se desplomaron con personas en su interior, presumiblemente rescatistas.
Las autoridades turcas reportaron al menos 3 personas muertas y 213 heridas por este nuevo sismo, mientras que en Alepo, Siria, 70 personas debieron ser hospitalizadas. Más tarde hubo un nuevo movimiento, esta vez de magnitud 5.8 con epicentro en Samandag, a 18 kilómetros al sur de Defne.
Fuente: DW
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