Estados Unidos descartó que la colisión de un caza ruso contra un dron estadounidense sobre aguas del mar Negro, pueda considerarse un accidente por parte de las fuerzas rusas.
El mando europeo de EU precisó que su dron estaba efectuando una operación rutinaria cuando el caza ruso, un Su-27, golpeó la hélice de su MQ-9 varias veces antes de esa colisión y que los aviones rusos habían arrojado combustible y volado frente al dron “de forma imprudente”. Esto llevó a que las fuerzas estadounidenses tuvieran que derribar la nave en aguas internacionales.
Rusia negó cualquier contacto entre las naves. Según su versión, “como resultado de una maniobra brusca, en torno a las 09.30 hora de Moscú, el aparato no tripulado MQ-9 entró en un vuelo incontrolado con pérdida de altura y colisionó contra la superficie del agua”.
Al mismo tiempo, el embajador de Rusia en Washington, Anatoli Antónov, ha asegurado que su país “no está interesado en la confrontación”, tras ser citado al Departamento de Estado por el incidente.
Por su parte, el mando castrense ruso aseguró en un comunicado, que el MQ-9 violó la frontera del espacio aéreo utilizado provisionalmente por Rusia en el marco de su “operación militar especial” en Ucrania y por ese motivo, la aviación rusa se vio obligada a enviar a sus cazas “con el fin de identificar al infractor”.
Mientras que Nikolái Pátrushev, secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, aseguró que buscarán los restos del dron estadounidense. “No sé si seremos capaces de encontrarlos, pero hay que hacerlo (…). Con seguridad nos dedicaremos a ello. Espero que tengamos éxito”, dijo Pátrushev.
Fuente: EFE
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