Los 26 alumnos que integran la primera generación del diplomado en Sexualidad Humana de la Universidad Vasco de Quiroga campus Querétaro se graduó este sábado en el Areópago de San Juna pablo II.
Tras una emotiva celebración religiosa que ofició monseñor Fidencio López Plaza, obispo de la Diócesis de Querétaro, los graduados agradecieron a Dios el permitirles concluir exitosamente este reto del que aseguran crecieron como personas y sobre todo como seres humanos.
Durante el acto oficial, el alumno Alberto García Robledo, narró como fue regresar a las aulas, después de haber concluido su formación como ingeniero.
“Mi formación es ingeniero e integrarme a un programa relacionado a las humanidades era algo raro, sobre todo porque creí que mis días de estudiante habían concluido, sin embargo, estos seis meses de formación me permitió conocer el significado y valor de la corporeidad y sexualidad humana en sus distintas dimensiones, y su relación con la identidad personal para dignificar la vida humana y la preservación de la familia”.
En su oportunidad, la estudiante Ángela María Cornelio Martínez, consideró que ante este logro tan grande que han obtenido al concluir su diplomado, el reto es compartir el conocimiento adquirido para que todas las personas l conozcan más de Dios y sobre todo seguirse formando.
“Compañeros, los invito a que lo recibimos aquí sea semilla, que seamos la tierra fértil para que demos mucho fruto a partir de lo que recibimos; durante estos meses hemos encontrado el camino personal para comprender el plan de Dios y eso implica momentos de introspección en donde además fue entender cómo Dios se manifestaba y nos manifestaba su amor”.
Finalmente, Raúl Martínez Rubio, rector de la UVAQ les dirigió unas palabras de las que consideró fueron su última lección.
“Es para mí un honor estar aquí con ustedes y entregar a la sociedad la primea generación del diplomado en Sexualidad Humana, en donde, congruentes con una nuestra identidad católica, en la misa agradecimos a Dios, el que nos haya nos permitió llegar a este momento y como institución hemos aportado lo mejor para ponerlo en común con ustedes, las fallas en el camino se deben a nuestras deficiencias humanas, pero nunca son propósito, sino que siempre buscamos nuestro deber”.
“Mantengamos una visión de trascendencia que dé color a nuestra existencia y a superar el gris pragmático a quienes no tiene claro cuál es el sentido de la vida; hoy que acumulan conocimientos habilidades y competencia, los invito a pensar sobre las engañosas ofertas que ofrece el entorno para cooptarnos de la verdad. Este diplomado sólo es una invitación a ser católicos protagonistas de muestra sociedad”.
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