La Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA) instruyó a sus empleados a trabajar desde casa en lugar de acudir a las oficinas, en respuesta al reciente veto talibán que impide el trabajo de las mujeres que este organismo, y adelantó que existe la posibilidad de que deba cerrar la misión y abandonar territorio afgano.
A través de un comunicado, UNAMA señaló que este nuevo escenario obliga a tomar «una terrible decisión” sobre si continuar o no sus operaciones. «Con esta prohibición las autoridades talibanas pretenden forzar de facto a la ONU a tomar una decisión terrible entre permanecer y proporcionar asistencia al pueblo afgano o respetar las normas y principios a los que estamos obligados», expresó la misión.
La ONU informó el 4 de abril que los talibanes habían prohibido trabajar en la organización a sus empleadas afganas, que hasta ahora se habían librado de las medidas. Esto pone en peligro el trabajo de la entidad, que depende de las encuestas en terreno y la entrega de asistencia humanitaria, funciones que sin el personal femenino son inviables.
La directora de la UNAMA, Rosa Otunbayeva, pidió a todo su equipo hacer trabajo desde casa, salvo en casos puntuales, y dijo que se analizará el funcionamiento de la misión hasta el 5 de mayo.
«Debe quedar claro que cualquier consecuencia negativa de esta crisis para el pueblo afgano será responsabilidad de las autoridades de facto», añade el texto.
De las 3 mil 900 personas que trabajan para la ONU en Afganistán, 3 mil 300 son afganos, 400 de los cuales son mujeres.
Fuente: DW
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