Martín Lara Becerril, vicario general de la Diócesis de Querétaro condenó el asesinato del sacerdote agustino, Javier García Villafaña en la parroquia de Capacho en el municipio de Huandacareo, Michoacán a quien le dejaron un mensaje y urgió a las autoridades a garantizar la seguridad de todos los mexicanos, ante la violencia que se sufre en todo el país.
De igual forma lamentó el atentado que en días pasados Faustino Armendáriz Jiménez, quien fuera el antecesor del obispo de Querétaro, Fidencio López Plaza y ahora Arzobispo de Durango, quien fue atacado en la sacristía de la Catedral y que por fortuna resultó ileso.
Lara Becerril también recordó que un día como hoy, pero de 1993, el cardenal de Guadalajara, Juan Jesús Posadas fue asesinado por integrantes del crimen organizado.
“Sabemos que todos estos acontecimientos son fruto del ambiente de violencia que vive nuestro país por lo que la sociedad noha dejado de sufrir por cada atentado, cada amenaza y cada extorsión son lágrimas por lo que nos unimos solidariamente a todos ellos; la pérdida de vida de nuestros hermanos sacerdotes nos entristece, pero también nos anima a seguir en pie de lucha y sobre todo a seguir trabajando por la paz que tanto merecemos”.
Rechazó cualquier forma de violencia que vivan mujeres, niñas, niños y adolescentes inocentes a manos de la delincuencia organizada
“¿Cuántos periodistas han perdido la vida? Ahora los sacerdotes. México es en general un país religioso. Cuando se tocan los límites de la vida religiosa, un ambiente divino, se ha caminado muy lejos. Expresamos nuestra solidaridad con los Padres Jesuitas que han tenido la pérdida de dos hermanos, nuestra solidaridad con sus familias”.
Lamentó que el costo de la violencia en México se pague con sangre de personas inocente y señaló que la descomposición social es uno de los grandes factores que ha magnificado la ola de violencia a gran escala con las organizaciones criminales.
“Basta ver los periódicos, estar al pendiente de las noticias. Las primeras notas siempre son las de violencia. Los cárteles han ejercido una violencia inusitada”.
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