La ciudad de Nueva York, Estados Unidos, luce con una densa capa de humo naranja por los incendios forestales de Canadá, lo que representa la contaminación del aire más alta registrada desde los años sesenta.
Debido a esta contingencia, la alerta por la calidad del aire se ha extendido en varios estados del noreste de Estados Unidos, los residentes de más de cinco estados están resultando afectados, por lo que la advertencia señala que las condiciones son peligrosas y pide a la población limitar las actividades al aire libre.
El comisionado de Sanidad de Nueva York, Ashwin Vasa, advirtió de que las partículas finas suspendidas “pueden penetrar en los pulmones de las personas, provocar inflamaciones y empeorar afecciones como el asma, las enfermedades pulmonares crónicas o las cardiopatías subyacentes”.
Asimismo, pronosticó que la situación se puede prolongar varios días, por lo que pidió a los neoyorquinos que eviten salir a la calle a menos que sea absolutamente necesario y recomendó el uso de mascarillas.
El humo es generado por los cuatrocientos incendios forestales que están activos en su territorio, por tal motivo, las autoridades sanitarias canadienses también han recomendado abstenerse de pasar tiempo al aire libre al menos hasta el fin de semana, cuando se prevé la llegada de un frente de bajas presiones que renovará el aire.
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