El derrame de petróleo en el Golfo de México, que el 12 de julio alcanzó una extensión de 467 kilómetros cuadrados, llegará a costas de Estados Unidos, de acuerdo con la investigadora Gabriela Gómez Rodríguez.
En entrevista radiofónica, la académica del Instituto de Geografía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) defendió sus hallazgos respecto de la versión del gobierno, que ha minimizado el impacto de lo ocurrido en la red de ductos del campo Ek Balam, donde organizaciones ambientalistas denunciaron una gran mancha en las aguas de la región.
La UNAM publicó un comunicado en el que refiere que académicos del Instituto de Geografía y del Laboratorio Nacional de Observación de la Tierra (Lanot) de la UNAM dieron seguimiento, a través de imágenes de radar, a las dos fugas registradas en los campos petroleros de Ek Balam mediante las cuales estimaron que el derrame de hidrocarburos alcanzó una extensión de 467 kilómetros cuadrados.
Los campos Ek Balam forman parte del Complejo Cantarell, ubicado a 80 kilómetros al noroeste de Ciudad del Carmen, Campeche. Existen diversos modelos de corrientes marinas con los cuales se puede estimar hacia dónde se conducirá la mancha, expuso la académica.
“Probablemente se dirigirá hacia el este-noreste y eventualmente recalará en las costas del Golfo, en Veracruz, Tamaulipas o Estados Unidos”, agrega el reporte de Gómez Rodríguez, con base en el análisis de mapas incluidos en el Atlas de línea base ambiental del Golfo de México, realizado por Romero Centeno.
El pasado 18 de julio, Pemex publicó un comunicado en el que, de acuerdo con estimaciones de sus especialistas, el volumen derramado afectó un área estimada de 0.06 kilómetros, esto es, 60 metros, en contraste con los 400 kilómetros cuadrados denunciados por organizaciones ambientalistas o los 467 indicados en la investigación universitaria.
“Nosotros vemos una mancha gigantesca. No hemos ido a campo, no hemos ido al lugar, entonces lo que nosotros estamos observando es el satélite pero es una mancha gigantesca”, añadió.
“El problema es que esa mancha a algún lado se tiene que ir. Habrá que darle seguimiento. Y otro problema es que no está concentrado en el punto en el que está saliendo ese hidrocarburo, sino que vamos a tener que buscarlo en todo el Golfo y muy probablemente se disperse y sea difícil de medir”, detalló.
Fuente: Proceso
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