Restos del derrame de Petróleos Mexicanos (Pemex) en Ek Balam, Campeche, continúan flotando en la superficie del Golfo de México y han comenzado a llegar a las playas.
Los primeros residuos recalaron a la orilla de Playa Bonita, en Campeche, por lo que pobladores y autoridades comenzaron a realizar trabajos de limpieza.
Para Gabriela Gómez Rodríguez, encargada de las estaciones receptoras del Laboratorio Nacional de Observación de la Tierra, de la UNAM, la mancha de 89 kilómetros cuadrados es equiparable con la extensión territorial de la alcaldía Tláhuac, en la Ciudad de México.
Esto, pese a que originalmente se afirmó que la mancha tenía una extensión de 467 kilómetros y el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que esto era una exageración y minimizó la magnitud del incidente, visible en imágenes de satélite.
Sin embargo, Omar Celis Hernández, experto del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM, afirmó que cualquier derrame petrolero es desafortunado, ya que afecta tanto al medio ambiente como a los seres humanos. Aunque dijo desconocer si este derrame es el más grave del sexenio, mencionó otros eventos más grandes, como el Deepwater Horizon en Estados Unidos y el del Ixtoc en México.
Según los pronósticos de las corrientes oceánicas, se espera que el crudo alcance las costas de Veracruz y Tamaulipas y, posiblemente, llegue a las costas estadounidenses. Por lo pronto, los primeros recales ya están en Campeche.
El activista de Clima y Energía, de Greenpeace México, Pablo Ramírez, destacó que aún se desconocen las afectaciones ambientales, sociales y económicas del derrame. Advirtió que incluso una sola gota de petróleo en el océano puede contaminar hasta 25 litros de agua y enfatizó la importancia de obtener información transparente sobre el volumen derramado y los impactos generados.
Pemex informó que la gran mancha observada en el Golfo de México se debe al fenómeno conocido como chapopoteras. Su director, Octavio Romero Oropeza, dijo que se trata de emanaciones “naturales” de hidrocarburos originadas en Cantarell, que está muy cerca de la zona afectada.
Señaló que las chapopoteras se formaron hace millones de años en todo el mundo y que emanan casi todo el año, y que, en el caso de Cantarell, registrada como la mayor, emite 387 barriles por día.
También afirmó que la cantidad vertida al mar no es crudo pesado, sino una capa muy delgada de iridiscencias.
Las organizaciones no gubernamentales han señalado que, independientemente de su origen natural, las chapopoteras representan una amenaza alarmante para los océanos.
Fuente: La Verdad Noticias
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