El Centro Nacional de Datos sobre Hielo y Nieve de Estados Unidos (NSIDC) informó que el hielo marino alrededor de la Antártida ha alcanzado un nuevo nivel mínimo récord, con un tamaño máximo de 16.96 millones de kilómetros cuadrados, registrado el 10 de septiembre de 2023.
El hielo que cubre el océano alrededor de la Antártida alcanza su mayor tamaño durante los meses más fríos del invierno, por lo que el récord del 10 de septiembre probablemente seguirá siendo el máximo de lo que resta del año.
«Este es el máximo de hielo marino más bajo en el récord de hielo marino de 1979 a 2023 por un amplio margen”, declaró el NSIDC a través de sus redes sociales, al igual que se aseguró que estas cifras son preliminares y que el próximo mes se publicará un análisis completo de estos datos.
La banquisa antártica tuvo su reducción más extrema en más de 40 años al finalizar el invierno austral, cuando registra su superficie máxima del año, anunció el principal observatorio estadounidense. La banquisa o hielo marino de la Antártida se derrite durante el verano y se vuelve a formar en el invierno, estación que está actualmente terminando en el hemisferio sur.
«No es sólo un año récord, es un año extremo, un año sin precedentes», afirmó Walt Meier, científico principal del NSIDC. En febrero, en pleno verano austral, el hielo marino de la Antártida alcanzó su punto más bajo, con una extensión mínima de 1.79 millones de kilómetros cuadrados, un récord de derretimiento.
Durante varias décadas, el hielo marino de la Antártida se mantuvo estable o incluso se expandió ligeramente. Pero «desde agosto de 2016, la tendencia relativa a la extensión del hielo marino antártico ha experimentado un fuerte descenso, durante casi todos los meses» del año, explica el NSIDC.
«Existe la preocupación de que esto pueda ser el comienzo de una tendencia a largo plazo de disminución del hielo marino antártico a medida que los océanos se calientan a escala mundial», agregaron los científicos.
El derretimiento del hielo marino no tiene un impacto inmediato en el nivel del mar, porque se forma al congelarse el agua salada ya presente en el océano. Pero el hielo blanco refleja los rayos del Sol más que el océano más oscuro, por lo que su pérdida agudiza el calentamiento global.
La pérdida de hielo marino también expone aún más las costas de la Antártida a las olas, que podrían desestabilizar el casco polar, que está formado por agua dulce. Su derretimiento provocaría un catastrófico aumento del nivel de los océanos.
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