Los cárteles de la droga en México ahora construyen centros de monitoreo y vigilancia similares a los C2 que operan en alcaldías y municipios. Su propósito es estar alertas ante posibles operativos de las fuerzas de seguridad o la invasión de grupos rivales a sus territorios.
Leopoldo Rodríguez Aranda, experto en seguridad pública, explicó que el crimen organizado hace uso de sus recursos económicos para implementar estos y otros métodos novedosos. “Empezarán a utilizar nuevas técnicas de espionaje telefónico, en redes, inteligencia artificial, etcétera, y eso podemos esperar a que ocurra muy pronto”, advierte.
Sobre los centros de monitoreo, asevera que “el crimen organizado lo utiliza con un fin más estratégico, que es estar monitoreando las entradas, salidas y movimientos de las autoridades en relación con sus actividades (ilícitas), aunque esto es algo que ocurre desde hace tiempo”.
Lo que aún no podrían imitar del todo es un C5, ya que estos centros de monitoreo son utilizados de una manera mucho más amplia, y son los gobiernos estatales los que tienen la capacidad para instalarlos.
Quizá el primer caso de criminales usando cámaras para sus tareas de vigilancia data de 2013, cuando usaron las cámaras frente a un hotel de Zacatecas para seguir los movimientos de la extinta Policía Federal. Desde entonces, el uso de videocámaras se ha ido extendiendo a otras entidades.
Algunos criminales optan por camuflar sus cámaras en establecimientos mercantiles, ya que estos operan o son de ellos. Los centros de monitoreo cuentan con aparatos como los NVR, los cuales sirven como dispositivos que operan cámaras de videovigilancia a través de una red inalámbrica, es decir el Circuito Cerrado de Televisión (CCTV).
Pueden emplear hasta 50 cámaras en lugares sumamente estratégicos, dependiendo del sistema de monitoreo adquirido, así como el uso de pantallas de televisión convencionales.
Fuente: La Verdad Noticias
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