*Serán 210 kilómetros los que recorran los contingentes de hombres, mujeres y ciclistas para llegar a la Basílica de Guadalupe, en la Ciudad de México
Katia Lemus Barajas
Querétaro es un pueblo peregrino con corazón guadalupano y quedará demostrado una vez más cuando más de 25 mil mujeres, 35 mil hombres y 7 mil ciclistas emprendan 210 kilómetros de caminata rumbo al Tepeyac.
Martín Lara Becerril, vicario de la Diócesis de Querétaro, confirmó que poco a poco los caminantes saldrán en pequeñas columnas, que se engrosarán hasta hacer una sola romería la cual llegará el 28 de julio a la Basílica de Guadalupe, en la Ciudad de México.
“Un solo Dios, un solo padre, un solo espíritu y una sola peregrinación con tres expresiones es la mística que estamos manejando y aunque las mujeres, hombres y ciclistas van por su propio camino es una sola peregrinación”.
Desde la Escuela Diocesana de Música Sacra, fundada en 1892 y de la que es director el padre Ernesto Castro Torres, Lara Becerril señaló que este viernes 12 de julio saldrá de la comunidad de Neblinas, en la Sierra Gorda, la columna de mujeres que tiene 62 años peregrinando, mientras que el lunes (15 de julio) saldrá la columna de la Sierra de Guanajuato, el martes (16) la columna de Atarjea, Guanajuato, el jueves (18) la columna de Soriano, el sábado (20) la columna de Querétaro y ese mismo día saldrá la columna de Amealco.
Destacó que la columna de los hombres, que tiene más de 134 años peregrinando saldrá el sábado 13 de julio de Neblinas, el domingo (14) la columna de San Ciro, San Luis Potosí, el lunes (15) la columna de la Sierra Gorda, el jueves (18) la columna de San Luis de la Paz, Tierra Blanca y Xichú, Guanajuato y el domingo (21) saldrán los peregrinos de Chichimequillas, Huimilpan, Bernal y Ezequiel Montes.
“Los peregrinos ciclistas, quienes tienen 52 años peregrinando, saldrán el miércoles 24 de julio de la Sierra Gorda de Querétaro, el jueves (25) saldrán los de la Sierra de Guanajuato, y la columna de Querétaro saldrá el viernes 26 de julio”.
Aseguró que la salida de los tres contingentes será presidida por el pastor diocesano, Fidencio López Plaza, obispo de la Diócesis de Querétaro, quien también oficiará la misa el domingo 28 de julio en el atrio de la Basílica de Guadalupe.
“El pastor diocesano los estará esperando en la Basílica a donde llegarán 100 mil queretanos entre peregrinos y sus familias quienes llegarán a rezar y dar gracias a Dios por la peregrinación que concluyen, sus familias y la vida”.
Entre las recomendaciones, dijo, es hacer de la peregrinación una experiencia espiritual, no es un periodo de aventura o vacaciones, sino una experiencia espiritual y así hay que vivirla.
“El verdadero peregrino camina en grupo y camina en comunidad porque la mística de la peregrinación es caminar en comunidad, en familia, es decir, una persona “adelantada” no lleva espíritu peregrino”.
Detalló que es necesario atender de manera especial lo que se refiere al aspecto espiritual como lo es la confesión, estar en oración y participar en misa; si se carece de una adecuada participación se acaba el sentido de la peregrinación.
“A las tres expresiones de la peregrinación se les pidió caminar con su botella de agua para que se mantengan siempre bien hidratados y también deberán caminar con la cabeza cubierta para evitar golpes de calor”.
Ante el cambio de clima, Lara Becerril sugirió llevar con qué cubrirse de la lluvia, cuidar su alimentación para evitar enfermedades y resguardarse en lugares seguros para su descanso.
Finalmente detalló que cada grupo de hombres, mujeres y ciclistas tiene una logística particular en cuanto a la organización y cada uno caminará con personal de Protección Civil y de Seguridad Ciudadana.
“Habrá quienes brinden atención médica y en cada peregrinación va un contingente de avanzada, los jefes de grupo llevarán sus banderolas y al final va la barredora como coloquialmente se le conoce al carro que recogerá a quienes se queden rezagados”.
“Querétaro es un pueblo que camina, no es sedentario, sino que está en movimiento y por lo tanto está por iniciar el éxodo de la Sierra Gorda al Tepeyac”.
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