- Personas exigen respeto, pero no lo ofrecen en ocasiones, afirma.
- Anteponen trato a través del área de psicología.
- Quejas en centros penitenciarios, no siempre son comprobables, asegura.
Miguel Gallardo
En diversas ocasiones las personas que llegan a exigir que se les respeten sus derechos humanos no hacen los propio, y sus insultos han llegado al grado de que la misma Defensoría derechohumanista ha estado a punto de denunciarlas ante la Fiscalía estatal por violencia de género.
Así lo mencionó Roxana Ávalos, titular de la institución encargada de recibir quejas imputables en contra de servidores públicos municipales, estatales y de la Legislatura.
“En algunos casos he estado a punto de denunciar por violencia de género en la Fiscalía por violencia de género, porque me parece que a veces se pasan. Esto es algo que nadie ve”, argumentó.
Indicó que el personal está capacitado para enfrentar de la mejor manera esta situación a través del área de psicología, incluso dijo estar consciente de que las personas llegan con problemas que los angustian, pero que eso no justifica la actitud.
“Es un trabajo constante, permanente y muchas veces se reciben insultos de la gente, que además se queja de que violan sus derechos humanos, pero no le gusta respetar los derechos de los demás. Vienen insultando a la gente y exigiendo; tienen derecho a exigir, pero hay formas”, señaló.
Se enfocan en Centros Penitenciarios
Comentó que sí hay quejas provenientes de los centros penitenciarios, por lo que se tiene que acudir para ver cada situación, ya que no siempre se comprueba que haya excesos o violación a los derechos humanos de los internos.
Agregó que a pesar de que en el estado hay programas de rehabilitación y que la entidad ocupa un lugar importante en todo el país, esto no quiere decir que no haya quejas, pero que éstas tienen que ser investigadas y analizadas para determinar si procede o no una recomendación.
“Recibimos quejas de los familiares que dicen que están golpeando a su familiar. Acudimos a ver y la realidad es que en ocasiones esto no es cierto”, expresó.
Aclaró que puede haber quejas porque no les dan sus medicamentos, les dan la comida fría o no les han hecho estudios en un hospital. “Aquí hay que conciliar con las autoridades, quienes argumentan que en ocasiones los hospitales enfrentan alguna dificultad por la pandemia”.
“En ocasiones se pelean entre los internos y al intervenir los custodios para separarlos se dice que se pasan de la mano. Hay revisiones a las celdas y no quieren que los revisen. Tenemos que equilibrar la seguridad con los derechos humanos”, dijo Roxana Ávalos, quien precisó que no hay sobrepoblación en los centros penitenciarios.
Finalmente informó que tiene un trabajo en donde no queda bien con nadie y que le da satisfacción cuando las personas que llegan quejándose por una violación de derechos humanos se le soluciona el asunto y da las gracias. “¡Es más que satisfactorio!”, concluyó.
La titular de la Defensoría de los Derechos Humanos dijo que concluye su gestión el 11 de febrero de 2022 y que se dedicará a impartir clases de tiempo completo.
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