La Presencia Revolucionaria en Querétaro

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La Revolución Mexicana, fue un gran acontecimiento político y social con el cual se inició una transformación y un nuevo proceso de construcción nacional. Dicho evento, dio inicio el 20 de noviembre de 1910 cuando el pueblo mexicano, empuño sus armas en contra del régimen de Porfirio Díaz. 

 En entrevista para La Opinión de Santiago, el queretano, médico cirujano y abogado de profesión, además cronista del municipio de Querétaro y el Marqués, Jaime Zúñiga Burgos, señalo que las tierras queretanas sufrieron de muchas calamidades durante un poco más de dos años, en la época de la revolución mexicana; pues ya que siendo cruce de caminos y paso obligado del entonces moderno Ferrocarril, la ciudad era disputada por villistas y carrancistas. 

 “Unos aborrecidos por sus excesos y los otros esperados con ansias, viendo en su presencia la salvación, porque la llegada del general Francisco Villa, hacia repicar las campanas durante tres horas, al sentirse que con él estaban seguros, porque había sido el menos malo” destacó. 

 Con una amplia trayectoria en la vida política, médica y cultural en el estado de Querétaro, el Dr. Jaime Zúñiga nos relató, que han trascurrido ya más de cien años, de que Querétaro una vez más fuese protagonista en la historia de México, al ser por segunda vez la capital del país y la sede de los trabajos del constituyente que nos daría la Carta Suprema; este documento histórico que ha regido la vida del país por cien años, como la guía suprema de todos los mexicanos.  

 Así como de que don Venustiano Carranza, eligiera nuestras tierras para reunir a los representantes de los estados lo que sería una empresa nada fácil, por las condiciones que imperaban durante el convulso tiempo de la llamada revolución que enfrentó en muy difíciles y sangrientos momentos a quienes con las armas defendían sus ideales o sus ambiciones personales en la política, pero que causaron mucho daño a los particulares mientras se llegaba a una solución. 

 En su crónica “El Pueblo de la Cañada en la Revolución”, Zúñiga Burgos, enfatiza que el municipio de El Marqués, también fue base de importantes reuniones sociales y políticas, pues en el pueblo de La Cañada se lograron reunir a los importantes personajes como militares distinguidos que eran hombres recios de muy difícil manejo por su carácter impredecible, esto motivado por las circunstancias tan difíciles que se estaban viviendo en la época de la Revolución Mexicana. 

 Además, nos relató que era el lugar ideal por su tranquilidad y belleza, así como por la calidez de sus habitantes. También en este lugar, abundaba el agua y la vegetación que era muy exuberante y el marco ideal para que se lograran momentos inigualables en un remanso de paz en medio de los combates, que llegaron a propiciar escenas difíciles de creer, como el verlos bromeando mientras se subían al columpio del sabino del Balneario del Piojo; en donde también en el año de 1914 el tren se detenía a un lado para que don Venustiano Carranza, tomara su baño tempranero. 

 Enfatizó, que “Las Huertas de la Cañada”, reunieron a grandes revolucionarios como Carranza, Obregón, Pablo González, el general Fierro, Constantino Llaca, José Siurob, Francisco Murguía y Federico Montes. Este último, como gobernador en ese entonces, celebró el banquete de su boda, y festejó su cumpleaños los dos años que coincidió estando en el poder. En este lugar, también se dieron interesantes discursos políticos para orientar acciones, así como platicas privadas y muy importantes entre Carranza y Obregón para definir estrategias y lograr acuerdos. 

 Zúñiga Burgos, refirió que el pueblo de La Cañada servía de refugio para no enfermar del cólera o de la viruela negra, mientras los pobladores de Querétaro y las tropas los padecían. En este lugar, también se bañaba la tropa y lavaba su ropa, pero también fue sede de múltiples fusilamientos. 

 Otros de los lugares emblemáticos de La Cañada en la época revolucionaria que señala el cronista queretano, fueron el Puerto de Mazatlán, El Salón Verde, El Águila de Oro, así como la casa de la señora “Madame Enriqueta”, frente a la Alameda en el centro histórico de la capital, en donde se lograron acuerdos que después se concretarían en las sesiones del constituyente, que se realizaban en la Academia o en el Teatro Iturbide, reuniones que de algo sirvieron para logar la nueva constitución. 

 “Nos queda de todo aquello, el recuerdo solamente, a los que conocimos la agonía de lo que fue en sus tiempos el florido y bello paraje de La Cañada. Recuerdo plasmado en las viejas fotos de la época, que dan testimonio escaso de su grandeza, de su protagonismo en la historia. Que quede este pequeño trabajo como un testimonio para dejar memoria escrita y fotográfica, en la etapa en la que el pueblo de La Cañada proporcionó sus bellos parajes arbolados y de abundantes aguas, para recibir a tan distinguidos protagonistas de nuestra historia, a cien años de distancia” 

 

 

 

 

 

Newsweek

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