Después de 16 años como canciller de Alemania, y a una semana de entregar el cargo a Olaf Scholz, Angela Merkel, de 67 años, pidió a los alemanes evitar el odio durante su discurso de despedida en “Großer Zapfenstreich», donde fue ovacionada de pie.
El día de ayer 2 de diciembre se celebró la ceremonia en la gran explanada del Ministerio de Defensa, en Berlín. A la que acudió casi toda la élite política alemana, a excepción de Alternativa para Alemania, el partido de ultraderecha, que no fue invitada al evento.
La tradicional Großer Zapfenstreich incluyó un desfile de luces de antorchas, honores militares de la Bundeswehr, las fuerzas armadas federales y una selección de tres canciones elegidas por Merkel: un tema de la cantante punk Nina Hagen, de 1974; un himno cristiano y una balada de Hildegard Knef, así como el himno nacional.
Merkel dío un breve discurso, en el que se refirió a los desafíos enfrentados en estos 16 años en el cargo, como la Gran Recesión y la Crisis Migratoria de 2015. Consideró todos los retos de su gestión como “desafiantes”, pero también dio las gracias a los alemanes que confiaron en ella. “Lo agradezco de corazón”, fue su última frase.
Merkel dejará oficialmente la Cancillería dentro de una semana, cuando su sucesor, el socialdemócrata Olaf Scjolz, rinda juramento ante el Parlamento. La todavía canciller le deseó a él y a su nuevo gobierno de centro izquierda “todo lo mejor, buena suerte y mucho éxito”.
Además, envió un mensaje a los alemanes a ver el mundo a través de los ojos de los demás y a trabajar con alegría en el corazón, y agradeció a los trabajadores de la salud que estuvieron en la primera línea de batalla durante la pandemia de covid-19.
Fuente: Proceso
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