- Ya no las hacen de cántaro, ahora están hechas de cartón.
- Actualmente les ponen dulces, antes las llenaban de fruta.
- Los palazos magullan la fruta en las piñatas de cartón.
- Familias preparaban engrudo y las hacían en su casa, ahora las compran.
Miguel Gallardo
A pesar de que aún se conserva la tradición, la forma de disfrutar una piñata se ha transformado con el paso de los años, comentaron algunos locatarios del Mercado Escobedo que se dedican a la venta de estos productos.
Lo anterior surge tras un sondeo realizado por La Opinión de Santiago durante este jueves 16 de diciembre, día en que dan inicio las Posadas Navideñas en todo México, las cuales concluyen el 24 de este mes, y que además son una costumbre que se ha extendido hasta Centroamérica.
Angélica tiene un puesto de piñatas en el mencionado lugar y para ella las ventas no son las mismas que antes, incluso previo a la llegada de la pandemia.
“Hace unos cinco años vendíamos más, pero ahora las cosas han cambiado y quizá tiene que ver con la economía, pero creo que la tradición aún existe”, señaló.
Mientras que José Raúl, quien dijo dedicarse la venta de piñatas por herencia familiar, comentó que anteriormente podía vender hasta 500 desde noviembre, pero que en esta temporada apenas ha logrado colocar unas 200.
“Ahora todo es diferente porque ya no están hechas cántaro, son de cartón y la gente muchas veces ya no le pone fruta, sino puros dulces”, expresó.
Precisamente por lo anterior, indicó que para ellos sí ha sido notoria la baja en la venta de fruta, “porque los niños ya no se la comen cuando alguien le pone”.
Señaló que otra de las cosas de las cuales la gente no se da cuenta es que cuando las piñatas son hechas de cartón y se les coloca fruta en el interior ésta se magulla cuando recibe los palazos en el festejo.
Carmen trabaja como empleada, también en un puesto del Mercado Escobedo, y mencionó que anteriormente la gente se preparaba y compraba las piñatas y la fruta, pero que ahora llegan y compran algo rápido y se van.
“Los tiempos han cambiado, porque hace algunos años las familias preparaban el engrudo en su casa y ahí las hacían; ahora prefieren comprarlas”, expresó.
En cuanto a los precios, argumentó que éstos van de los 40 pesos hasta los 350, según el grado de elaboración, debido a que hay algunas sencillas y otras que representan el trabajo artesanal.
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