Las autoridades de Tijuana, iniciaron la noche del jueves un operativo en el campamento improvisado de El Chaparral para contabilizar a la gente del campamento, generando fricciones con los migrantes cuando comenzaron a tirar a la basura casas de campaña que asumieron vacías, y otros artículos.
En videos transmitidos en vivo vía Facebook se observaron a migrantes protestar contra la medida implementada por el municipio de Tijuana. Algunos entraron a un camión recolector de basura para recuperar sus pertenencias.
La alcaldesa de la ciudad, Montserrat Caballero, dijo el viernes que el operativo fue para hacer un censo de personas y tomar medidas, no para desalojarlos.
“Vamos a (…) hacer una campaña para retirar a la gente que esté cometiendo delitos al interior del campamento (y) a la gente que se quiera regresar a su país de origen los vamos ayudar”, dijo.
La semana pasada, una nueva caravana de migrantes inició en el sureño estado Chiapas.
La caravana que avanza hacia el centro y norte del país, conformada principalmente de mujeres y niños centroamericano, después de un fallido acuerdo con autoridades migratorias que les ofrecieron visas humanitarias a cambio de parar, según testigos de Reuters.
Irineo Mujica, uno de los líderes de la movilización, explicó que los viajeros rechazaron el trato con el Instituto Nacional de Migración (INM) de México debido a incumplimientos en el pasado, cuando han sido detenidos e incluso deportados.
La frontera terrestre entre Estados Unidos y México será reabierta el 8 de noviembre para ciudadanos extranjeros completamente vacunados contra COVID-19, tras haber sido cerrada para actividades no esenciales por la pandemia de coronavirus por más de un año.
Fuente: Forbes
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