Hasta el momento se han encontrado alrededor de 3 mil 500 peces muertos en un río cercano a East Palestine, Ohio, luego del descarrilamiento de un tren que transportaba sustancias peligrosas el pasado 3 de febrero.
En cinco de sus vagones llevaba más de 450 toneladas de cloruro de vinilo, que causa un tipo de cáncer raro, pero también otros químicos potencialmente tóxicos de los que se informó apenas antier.
Los peces muertos aparecieron en el río Ohio, el más cercano al lugar del siniestro, donde los medios de prensa también reportaron que podía verse una nata oscura flotar sobre el agua. Además, un granjero aseguró que seis de sus pollos murieron repentinamente, y varios habitantes se han quejado de dolores de cabeza. Pobladores de la zona dicen que tomarán agua embotellada, pero que temen bañarse.
El gobernador de Ohio, Mike DeWhine, aseveró que los pobladores están a salvo de cualquier contaminación, a 11 días del descarrilamiento y tras las labores de limpieza. Además, Tiffani Kavalec, representante de la Agencia de Protección Ambiental, aseguró que los rastros de contaminación son producto de la quema de los químicos.
Las poblaciones cercanas fueron evacuadas el día del percance, para evitar que tuvieran contacto con los gases que pudieran despedir los derrames químicos. La zona de evacuación obligatoria comprendió áreas tanto en Ohio como en Pensilvania y las autoridades pidieron a unos 2 mil residentes desalojar la zona.
Sin embargo, el pasado día 8, cinco días después del descarrilamiento, se instó a la población regresar a sus hogares, y afirmó que ya se detectaban en el aire niveles inocuos de los gases que pudieron producirse por el derrame y la quema. Advirtieron que podría haber olores extraños pero que no eran peligrosos.
El cloruro de vinilo es un cancerígeno que a corto plazo causa mareo, pérdida de coordinación, náusea y dolores de cabeza, así como erupciones en la piel, pero a largo plazo provoca formas raras de cáncer en el hígado.
Fuente: La Jornada
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