Para Luis Enrique ir a los panteones cada año para apoyar a los visitantes con el acarreo de agua es algo que se le ha hecho costumbre que tenía 14 años. Menciona que empezó a ir con uno de sus primos, pero éste decidió emigrar a los Estados Unidos y hacer su vida en aquel lugar.
El ir cada 1 y 2 de noviembre para sacar algo de dinero le ha permitido darse a conocer con algunas personas, quienes al verlo de inmediato le llaman, expresa. Pero eso no es todo, sino que las pláticas y escuchar algunas historias que pudieran ser leyendas de ultratumba lo dejan con la mirada un tanto perdida al pensar que esas conversaciones con la gente pudieron haber existido dentro de un cementerio.
Actualmente va al Panteón de San Pedro Mártir, por lo que este lunes ya estaba puesto desde las ocho de la mañana. Al ser cuestionado sobre algunas de sus vivencias, afirma que hay una que se comenta mucho en ese lugar y que los hace temblar cuando alguien asegura haber escuchado los gritos desgarradores de una mujer, principalmente de madrugada.
De acuerdo con Luis Enrique, dice la leyenda que hace unos 20 años se realizó el sepelio de una mujer relativamente joven, de la que dice no saber la edad ni las causas de su deceso. Lo interesante, afirma, es que al día siguiente de haberle dado sepultura el cuerpo amaneció desenterrado y a un par de metros de la fosa.
Fue descubierto por quienes en ese entonces eran los guardias del turno de madrugada. “Platican que a todos se los llevaron para interrogarlos, pero como no supieron decir qué fue lo que sucedió pues permanecieron encerrados más de dos meses”.
Es en ese momento cuando la historia da un giro radical, ya que por lo comentado –afirma Luis Enrique-, se descubrió que quien era el novio de la mujer resultó ser el culpable de haber exhumado el cuerpo con la intención de violentarlo.
“Como esto sucedió durante una noche, todavía hay compañeros que platican que se escuchan los gritos y creemos que son los de esa mujer que, según esto, fue atacada por su novio después de haber sido sepultada”, relata el hombre.
Mientras tanto acude los dos primeros días de noviembre de cada año con la intención de hacerse de un dinero extra, ya que su trabajo de carpintero por ahora no le da como para solventar tranquilamente todos sus gastos.
“Tengo tres hijos y eso ya es un buen gasto, además de los servicios que se pagan cada mes”, señala Luis Enrique, quien además argumenta que es de los pocos queretanos nacidos en esta ciudad.
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