Shinzo Abe, exprimer ministro japonés de 67 años, murió desangrado después de que le dispararon por la espalda mientras hacía campaña para unas elecciones parlamentarias frente a una estación de tren en la ciudad occidental de Nara.
Un hombre abrió fuego con un arma aparentemente casera mientras el funcionario hablaba y aunque los médicos lucharon por salvar a Abe, murió por las severas heridas que le causaron los proyectiles en el lado derecho del cuello unas cinco horas y media después del ataque.
“Hubo un fuerte estruendo y luego humo”, dijo el empresario Makoto Ichikawa, que estaba en el lugar cuando sucedieron los dos disparos. “El primer disparo, nadie sabía lo que estaba pasando, pero después del segundo disparo, lo que parecía ser la policía especial lo derribó”.
Las autoridades informaron que un hombre de 41 años identificado como Tetsuya Yamagami es el principal sospechoso de llevar a cabo el tiroteo y ya ha sido arrestado. Los oficiales también informaron que Yamagami aseguro que cometió el atentado simplemente porque no estaba satisfecho con Abe y que quería matarlo.
Abe recibió más de 100 unidades de sangre en transfusiones durante cuatro horas debido a una hemorragia, dijo Hidetada Fukushima, profesor a cargo de medicina de emergencia en el Hospital de la Universidad Médica de Nara, quien también comentó que el exministro llegó al hospital en paro cardiopulmonar y nunca pudo ser revivido.
El tiroteo representa un hecho histórico en el país donde hay un fuerte control de armas y los políticos japoneses acostumbran tener un trato cercano con el público.
Foto: El Economista
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