
Mark Carney ha prestado juramento como primer ministro de Canadá, sucediendo a Justin Trudeau, mientras que el país enfrenta cuestionamientos sobre su soberanía por parte del presidente estadounidense Donald Trump y una guerra comercial con el mayor socio comercial de Canadá, Estados Unidos.
Carney, un ex banquero central que nunca ha ocupado un cargo público en Canadá, está a punto de asumir los numerosos desafíos que enfrenta el país, entre ellos liderar al Partido Liberal en una elección que se celebrará a finales de este año.
En una conferencia de prensa posterior a su investidura, Carney abordó directamente las crecientes tensiones entre Canadá y su vecino del sur, afirmando: «Jamás, jamás, de ninguna manera, formaremos parte de Estados Unidos. Estados Unidos no es Canadá».
Desde que asumió el cargo a principios de este año, Trump ha sugerido repetidamente que Canadá se convierta en el 51.º estado de Estados Unidos.
Carney también dijo que actualmente no tiene planes de visitar Estados Unidos, aunque dijo que tendrá “discusiones” con los líderes del Reino Unido y Francia.
Hablando de las crisis más inmediatas del país, Carney dijo que sus dos mayores prioridades son «proteger a los trabajadores canadienses y sus familias frente a acciones comerciales exteriores injustificadas, y segundo, hacer crecer este gran país poniendo más dinero en los bolsillos de los canadienses, asegurándose de que el gobierno gaste menos para que Canadá pueda invertir más construyendo millones de viviendas».
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