El día de hoy la cámara alta del parlamento ruso autorizó al presidente Vladimir Putin utilizar la fuerza militar de Rusia fuera de su país.
Esta decisión podría presagiar un ataque más amplio contra Ucrania, después de que Estados Unidos dijera que ya estaba en marcha una invasión rusa al país vecino.
Momentos antes, Putin había pedido permiso por escrito a los legisladores para usar la fuerza en el extranjero, algo que formalizaría un despliegue militar ruso en las regiones rebeldes. Se daba por sentado que los legisladores aprobarían rápidamente el pedido de Putin.
Varios gobernantes occidentales dijeron previamente el martes que las tropas rusas habían penetrado en zonas bajo control rebelde en el este de Ucrania. En la víspera, el presidente ruso reconoció a esas regiones como Estados independientes.
Sin embargo, no estaba claro el alcance de los desplazamientos militares rusos. Ucrania y sus aliados occidentales llevan mucho tiempo diciendo que las tropas rusas están luchando en la región. Moscú ha rechazado esas acusaciones.
Por su parte la Casa Blanca comenzó este martes a referirse a los despliegues de tropas rusas en el este de Ucrania como una “invasión”, después de dudar inicialmente en utilizar el término, una línea roja que el presidente Joe Biden había dicho que daría lugar a que Estados Unidos impusiera sanciones severas contra Moscú.
Varios líderes europeos afirmaron horas antes que las tropas rusas se han desplazado a las zonas controladas por los rebeldes en el este de Ucrania después de que Putin reconociera su independencia, pero algunos apuntaron que aún no se trataba de la temida invasión propiamente dicha.
El anuncio de Putin de reconocer la independencia de los territorios le abrió la puerta para formalizar su control sobre ellos y enviar fuerzas, aunque Ucrania y sus aliados occidentales han acusado a las tropas rusas de haber estado luchando allí durante años.
El Kremlin elevó aún más las apuestas el martes, al anunciar que su reconocimiento se extiende incluso a grandes zonas que ahora están en poder de las fuerzas ucranianas.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo que Rusia ha reconocido la independencia de las regiones rebeldes “en las fronteras que existían cuando proclamaron” su independencia en 2014, amplios territorios que se extienden mucho más allá de las áreas que ahora están bajo control rebelde y que incluyen la importante ciudad portuaria de Mariúpol, en el Mar de Azov.
Fuente: El Financiero
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