Al menos 36 personas han muerto tras la colisión de dos trenes al norte de Larissa, en Grecia, mientras 66 personas permanecen hospitalizadas, seis de ellas en unidades de cuidados intensivos. En total, unas 130 personas resultaron heridas, mientras continúa la búsqueda de pasajeros entre los restos de los trenes.
Los bomberos estiman que aumente el número de muertos, ya que entre los restos del tercer vagón de pasajeros, siguen atrapados aún una decena de cadáveres.
En los dos trenes, uno de pasajeros y otro de mercancías, viajaban unas 350 personas y 20 tripulantes. Los trenes chocaron cerca de Tempe, una pequeña localidad situada en un valle donde se encuentra un túnel ferroviario, unos 300 kilómetros al norte de Atenas.
El jefe de la estación de ferrocarriles de Larissa, un hombre de 59 años, ha sido detenido, acusado de homicidio involuntario, tras la colisión de dos trenes, y de provocación de lesiones corporales de forma involuntaria, así como de interferencia peligrosa en el tráfico de medios de transporte.
El arrestado era el responsable de la gestión de los trenes que circulaban en el tramo en el que se produjo el accidente y en su testimonio señaló que dio orden para que el tren cambiara de vía, pero que el sistema no obedeció.
El accidente es el siniestro ferroviario más grave ocurrido en Europa desde 2013, cuando 79 personas murieron en las inmediaciones de Santiago de Compostela, en España.
Fuente: EFE
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