Veladoras, cirios de pascua, manzanilla, hinojo, naranjas agrias, algunas pintadas de dorado con banderitas de colores clavadas, incienso, retoños de trigo, alhelíes morados y blancos, y jarrones con agua son algunos de los signos que fueron colocados en el altar a la Virgen de Dolores que inauguró la Delegación del Centro Histórico en presencia de Martín Lara Becerril, vicario general de la Diócesis de Querétaro y con lo que inicia la Semana de la Pasión según la religión católica.
Eduardo Rabell Urbiola, cronista del municipio de Querétaro, explicó que esta tradición tiene diversos significados, entre ellos el anuncio a la virgen de la muerte de su hijo en la cruz, por lo tanto, es representada con siete puñales clavados, el morado de los alhelíes indica tristeza y dolor por la próxima agonía de cristo.
El rojo de los claveles y las rosas, significan, dijo, pasión; el blanco de los nardos, margaritas y “nube” simbolizan la pureza y todos están envueltos en follaje verde que anuncian esperanza.
“Esto se debe a que cristo va a resucitar al tercer día de su muerte y por lo tanto se debe festejar el milagro”.
La flor de manzanilla con el verde, indica, la humildad de la virgen y con el amarillo, la belleza del alma y el cuerpo, el hinojo se coloca en el piso junto al altar para no olvidar que Jesús fue abandonado por quienes le juraron fidelidad.
“No pueden faltar los pequeños recipientes sembrados con trigo, apenas germinado, que representa el pan de vida, el alimento que los hombres reciben diariamente de Jesús, que apenas creará este sacramento: la comunión, los que ocultos a la luz del Sol y regados por las noches se logra el color amarillo tan característico de estas plantas, razón por la que pareciese que vienen a dar la idea de una naturaleza casi muerta y a la vez refulgente”:
En el caso que nos ocupa, dijo, se representa a la virgen con sus manos unidas sobre el pecho, como queriendo hacer a un lado de su corazón llagado el dolor de las siete llagas.
“Por descontado están presentes los cuatro elementos; el agua se representa en las lágrimas virginales que es la bebida que se obsequia a los circunstantes y que la tradición ordena que semejen los colores nacionales, jamaica, horchata y limón; el aire en el papel picado que a la menos brisa se mece, es de agregársele banderitas de oro volador que tiene como base naranja agria, que significa la amargura que sufrió la virgen ante su hijo crucificado.
“La tierra, en las flores que son no normalmente la alegría de la naturaleza, sino la esperanza de vida.
El fuego representa las llamas dentro de las farolas, que siempre acompañan a la virgen, las velas y cirios hacen recordar a Jesús, por ser el camino, la verdad y la vida, según la liturgia.
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