Katia Lemus Barajas
“¡Con falta o pantalón, respétame cabrón!, ¡Que no que no pendejo, dije no!, ¡No que no sí que sí, ya volvimos a salir!, ¡Los niños no se tocan! y ¡Que tiemble, que tiemblen los machistas, que América Latina será toda feminista!”, fueron algunas de las consignas que cientos de mujeres gritaron al unísono cuando avanzaban los contingentes que se integraron para dar pie a la marcha del 8M y conmemorar el Día Internacional de la Mujer.
Vestidas con los colores que las representa como el negro, rosa, morado, verde y blanco, niñas, niños, adolescentes, mujeres de todas las edades, embarazadas, con bebé en brazos, en carriolas, tomándolos de la mano, y mujeres en silla de ruedas, lo dejaron todo para participar en la marcha en la que solicitaron al Gobierno respeto al derecho a decidir sobre su cuerpo.
La manifestación concentró dos grupos que de manera simultánea se apoderó de las calles de la capital del Estado; el contingente más grande salió de la entrada de La Alameda Hidalgo, avanzó sobre avenida Zaragoza hasta el tanque, de ahí regresó hacia la avenida Juárez, luego 5 de Mayo y llegó a la Plaza Constitución, mientras que el otro grupo partió del monumento al Estudiante que denuncia en la calle Hidalgo hasta llegar a la Plaza Corregidora.
Ambos contingentes fueron apoyados por personal femenino de Protección Civil y de Movilidad, quienes de manera coordinada abrían paso para que pudieran avanzar y evitar que alguno de los grupos se quedará atrás.
En esta ocasión, prevaleció la participación de mujeres jóvenes y adolescentes, así como madres de familia, quienes iban con uno o dos menores que también portaban pancartas en apoyo a la causa, así como también madres que acompañaron por primera vez a sus hijas, algunas de ellas con tiempo en el movimiento.
Por primera vez, integrantes de diversos clubs de mujeres motociclistas, se unieron a la marcha y adornaron las unidades con globos en color morado y blanco con mensajes como “¡Hija, yo sí te creo!”.
Algunas mujeres se pusieron de acuerdo para llegar juntas e incorporarse a los contingentes que fueron clasificados por grupos poblacionales por cuestiones de seguridad.
Aunque algunos jóvenes intentaron integrarse a la marcha no se les permitió, por lo que en apoyo y solidaridad escribieron consignas en un cartel con diversos mensajes como: “¡Yo les creo, si les pasa algo quemamos todo, ni una menos!” que mostraron mientras avanzaban las mujeres, quienes marcharon con un solo fin: respeto a su cuerpo, a sus decisiones, a caminar sin miedo y sin ser juzgadas por su forma de vestir.
Hubo quienes fueron la voz de aquellas que hoy ya no están y otras caminaron por sus sobrinas para que vivan en entorno seguros y crezcan felices y sin miedo.
Al término de ambas marchas, las líderes de las diversas colectivas feministas fijaron un pronunciamiento en favor de la igualdad sustantiva, exigiendo garantías de todos los derechos de todas las mujeres y un alto a las violencias machistas contra mujeres, niñas y adolescentes en todos los ámbitos.
Desde la mañana, varios edificios, monumentos y templos considerados patrimonio cultural que se ubican en el primer cuadro de la ciudad fueron protegidos para evitar que fueran vandalizados por las manifestantes.
La catedral de Querétaro, el templo de San Francisco y el de Rosa de Viterbo fueron protegidos y resguardados para evitar que fueran grafiteados, así como también fueron cubiertos con vallas el edificio que alberga la Secretaría de Gobierno, Palacio de Gobierno, Casa Ecala y las antiguas oficinas del Tribunal Superior de Justicia.
Mientras que los arcos de cantera que conforman el Acueducto de Querétaro fueron explayados, sin embargo, al conocer la ruta de los contingentes optaron por retirar el plástico que los cubría.
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