Rusia lanzó bombardeos masivos contra Ucrania, los más importantes desde hace semanas, que dejaron al menos seis muertos y provocaron cortes de electricidad, incluyendo la interrupción temporal de suministro de la central nuclear de Zaporiyia.
Hay seis muertos confirmados y un número indeterminado de heridos. Cinco de los civiles fallecidos se han registrado en la región de Leópolis y en Kiev, la capital, el alcalde ha informado de al menos dos heridos.
En Járkov, la segunda ciudad del país, en el este de Ucrania, los últimos ataques han dejado a sus habitantes sin agua, electricidad, ni calefacción.
La central nuclear de Zaporiyia también se ha quedado fuera de la red eléctrica y funciona con generadores de emergencia. Pocas horas después de los ataques, el operador eléctrico ucraniano Ukrenergo anunció la reconexión con la red nacional de esa central ocupada por fuerzas rusas y descartó el riesgo de un incidente nuclear. Sin embargo, Rafael Grossi, director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), advirtió que se está jugando con fuego.
El ataque constituye “una grave violación de la seguridad nuclear, cometida por Rusia”, afirmó por su lado el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell. La interrupción de la alimentación eléctrica obligó a enfriar la central con generadores diésel, lo cual “aumentó el riesgo de accidente nuclear” hasta la reconexión con la red eléctrica, agregó.
Hasta el momento, las defensas aéreas ucranianas han abatido 34 de los 81 misiles lanzados por Moscú.
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