A tan sólo unas horas de que expire el Título 42, medida implementada por Estados Unidos a raíz de la pandemia de covid-19 para permitir la expulsión inmediata de migrantes, cientos de indocumentados buscan, a toda costa, cruzar para solicitar asilo por las fronteras Matamoros-Brownsville y Tijuana-San Diego.
En Matamoros, Tamaulipas, los migrantes están atravesando a nado, sobre improvisadas embarcaciones y en caravana el río Bravo para llegar a territorio estadounidense, donde el aumento de vigilancia, una cerca con púas y el sobrevuelo de helicópteros tratan de impedirles el paso.
Con desesperación e incertidumbre, los extranjeros retan la vigilancia oficial, que en suelo mexicano establece sin éxito el Instituto Nacional de Migración, así como el endurecimiento de medidas por parte del gobierno de Texas.
“Ya nada más falta que le pongan electricidad al alambre, pero no importa, seguiremos pasando, es mejor eso que regresar a Venezuela a morirnos de hambre”, reprochó Justo Medina, originario de ese país.
Hay nerviosismo por parte de las autoridades estadounidenses de que los 3 mil migrantes avecindados en el campamento que está a unos metros del puente Nuevo Internacional traten de irrumpir; por ello, dos veces al día la estructura se cierra con el objetivo de que agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos realicen simulacros.
Fuente: La Jornada
Be the first to comment