Vladimir Putin, presidente de Rusia, declaró que está decidido a convertir al país en una gran potencia marítima, con líneas rojas en el Ártico, así como en los mares Negro y Báltico, mediante un documento firmado en la Fortaleza de Pedro y Pablo de San Petersburgo en el marco del Día de la Armada.
Este documento describe una nueva doctrina naval que planea crear bases navales y centros de abastecimiento desde el Mediterráneo oriental a la región de Asia-Pacífico, el océano Índico y el Golfo Pérsico, empeño que se verá apoyado por la construcción de portaaviones.
En cuanto al Mediterráneo, además de garantizar su presencia permanente en el puerto de Tartus, en Siria, Moscú quiere abrir centros de mantenimiento naval “en territorio de otros países de la región”, incluidas África y Medio Oriente.
De igual forma, Putin afirmó que tanto en tierra como en mar, Estados Unidos es la principal “amenaza” para la seguridad nacional debido a su aspiración de “dominar” los océanos y acusan a Occidente de intentar “debilitar” su control de la ruta ártica, que Putin propone como alternativa al canal de Suez, a través de la militarización de la región y de otros países.
Finalmente, una de las prioridades rusas es convertirse en líderes en exploración y explotación de los recursos del territorio ártico, especialmente de la plataforma continental rusa, a lo que aspiran otros países como Estados Unidos, Canadá, Noruega y Dinamarca.
Fuente: El Universal
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