Deconstruyamos la Masculinidad Tóxica

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#LaColumnaDelFrenteQueretano

Por Waltter López.

Vocero del Frente Queretano por el Derecho a la No Discriminación y el Estado Laico

Para todas las mujeres víctimas de la violencia machista

Este 25 de noviembre se conmemoró el Día Internacional de la eliminación de las violencias contra las mujeres. En este año 2022, llegamos a esta fecha con un balance negativo y banderas rojas en este tema. Las estadísticas que se ofrecieron ese día, indican que las estrategias de los tres órdenes de gobierno, así como de los poderes legislativo y judicial, de poco han servido para reducir significativamente los números tan altos de las violencias sistemáticas contra las niñas y mujeres mexicanas. Aún más, tal parece que el número de 11 mujeres asesinadas cada día en México, en lugar de horrorizarnos a la sociedad entera, lo hemos normalizado como sociedad y volteamos de lado, -al fútbol, a la sucesión presidencial, al clima-, para no vernos reflejados y reflejadas en el espejo de nuestra propia ignominia misógina.

Desgraciadamente, lo que hace décadas estaba limitado a “un problema local” en Ciudad Juárez, nos ha alcanzado a todo el país, gobiernos, legislaturas y fiscalías van y vienen y las violencias machistas no se frenan, ni en los hogares, ni en las escuelas, ni en los lugares de trabajo, ni en los partidos políticos ni en las iglesias, y frente a las miles de cruces rosas de mujeres asesinadas que las mujeres vivas nos muestran cada viernes naranja y cada 25 de noviembre, la respuesta parece ser gerencial: administrar el caos y poner curitas a un problemas que las mujeres feministas ya ha diagnosticado bien: las violencias contra las mujeres es un problema sistémico de poder, bien enraizado en quienes detentan ese poder: el famoso sistema hetero-patriarcal-machista que mientras no sea derrumbado, nada realmente significativo para eliminar las violencias contra las niñas y mujeres puede surgir.

Ante el fracaso evidente del sistema político-legal-judicial actual, el feminismo ha creado “espacios paralelos” de sororidad para apoyarse mutuamente las mujeres y cuidarse ellas, ya que el Estado todo, les ha (hemos) fallado.
Ante este panorama tan desolador, ¿qué podemos hacer? Primeramente, respetar la lucha de las mujeres por las mujeres y para las mujeres; ellas saben perfectamente desde hace años qué quieren y cómo lo quieren y además están organizadas haciéndolo a través de redes de apoyo mundial.

Yo y otras personas hemos dicho que una forma de contribuir a hacer un mundo menos violento y machista es incidir en la crianza y formación que le estamos dando a nuestros niños y adolescentes. Es allí donde considero que debe ser el nuevo foco de atención y es allí donde una pequeña diferencia, puede contribuir a generar grandes cambios sociales y reducir significativamente las violencias machistas. El libro de Lidia Cacho #EllosHablan muestra cómo los niños y adolescentes aprenden a ser violentos por condicionamiento social, por miedo a ser ellos las víctimas de los
abusos, las violaciones y los maltratos, allí a temprana edad, los niños y adolescentes son obligados a volverse violentos contra los más débiles, para sobrevivir. ¿Y quiénes son los más débiles en la escala machista?, pues fácil, las mujeres y las personas LGBTIQ+.

Es por eso que propongo que una de las formas para reducir las violencias machistas es crear campañas y redes de fraternidad entre varones: niños, adolescentes y jóvenes, donde puedan aprender herramientas para luchar contra las violencias machistas, donde puedan ser apreciados por lo que ellos son y no por el poder que deben aprender para sobrevivir lastimando a otras y otros.

En eso deberían invertir los gobiernos municipales y estatales, en eso deberían usar el dinero de comunicación social y dejar partidas claramente etiquetadas en los presupuestos del 2023: hacer comunidades fraternas y solidarias para reforzar el aprendizaje de que todos los seres humanos somos iguales en dignidad y derechos y que otras formas de convivencia no violenta son posibles. Para ello tenemos en Querétaro la experiencia de múltiples organizaciones sociales que han desarrollado modelos exitosos, es sólo cuestión de que los gobiernos estatales y municipales
tomen ese liderazgo efectivo y sean humildes para llamarles y realmente trabajar en equipo para reducir significativamente las violencias machistas en nuestra sociedad
Queretana.

Twitter: @waltter_lopez

Newsweek

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