El nuevo gobierno peruano decretó el estado de emergencia en todo el país por 30 días para contener las violentas manifestaciones que exigen elecciones generales y la liberación del destituido ex presidente Pedro Castillo tras su fallido autogolpe.
«Se ha acordado declarar en estado de emergencia a todo el país debido a los hechos vandálicos y violentos, la toma de carreteras y caminos. Están siendo controlados por la policía nacional y las fuerzas armadas», anunció el ministro de Defensa, Alberto Otárola.
Hasta el momento, las protestas han dejado siete muertos y la nueva presidenta, Dina Boluarte, no ha logrado aplacar el descontento de la ciudadanía, lo que ha provocado cada vez más enfrentamientos entre los manifestantes y las autoridades.
Boluarte trató de calmar la mecha inicial presentando una propuesta de elecciones para abril de 2024, pero resultó insuficiente. El sur del país se declaró en rebeldía y los manifestantes exigen a la presidenta que zanje la crisis actual con una convocatoria inmediata de elecciones. En la ciudadanía ha calado el mensaje de “que se vayan todos”, un grito de hartazgo ante la inestabilidad, pues en los últimos cuatro años han habido seis presidentes distintos.
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