Katia Lemus Barajas
Piratería y competencia desleal, son algunas de las adversidades a las que actualmente se enfrenta el sector de las librerías en la entidad, reconoció Ricardo Rabell Dávalos, presidente de la Asociación de Libreros de Querétaro.
“Una recomendación que estamos haciendo los libreros es que acudan a las librerías locales, que apoyen a las librerías que están en sus ciudades y en sus colonias, y no tanto al comercio en línea que de por sí ya es una invasión y una competencia desleal muy fuerte; por eso pedimos que acudan a las librerías locales, que vayan y pidan consejo, que los aprecien, que los tomen de los estantes y que vean qué es lo que puede ser más apropiado para cada uno”.
En el tema de la piratería en el ramo editorial, dijo, es un tema muy delicado porque hay lugares donde venden los libros a mitad de precio o incluso a un precio mucho menor.
“La piratería en el ramo editorial se ha dado mucho, incluso hay imprentas que están haciendo libros y no le pagan ningún derecho a la editorial ni al autor y lo único que gastan es en la impresión; por eso les sale mucho más barato”.
Aseguró que esta situación ha propiciado que los autores ya no obtengan recursos por tener su creación literaria y eso también encarece que los libros originales aumenten el precio, porque las editoriales tienen que calcular el costo de todo lo que tienen que gastar en publicidad, en impresión y en derechos de autor.
“La gente piensa que es nada más por venderlos muy caros y sí dicen ¿por qué allá están mucho más baratos? Pero desafortunadamente nos gustaría que no pasara, pero la piratería está creciendo enormemente en nuestro país y un libro que te cuesta en una editorial, en una librería o incluso en línea, 300 pesos, los lugares piratas los están ofertando en 100 ó 150, pero obviamente no es un libro bien habido. Algo mal tiene que haber ahí porque es imposible que te den un libro en ese precio. Desafortunadamente volvemos a lo mismo, como la literatura no es una prioridad de México, la gente siente que los libros pasan a segundo nivel”.
LA GENTE AMA OLER LAS HOJAS DE LOS LIBROS
Recordó que hoy es el Día Mundial del Libro, pero considera que no hay nada qué festejar y que aunque le gustaría decir que la gente está cada vez más interesada en la lectura y que siguen buscando qué leer, esto no es así.
“En esta ocasión no vamos a poder, como los dos años anteriores, que es salir al festejo que quisiéramos pero estamos trabajando con las autoridades para poder acercarnos a la gente y que la gente esté cerca de los libros”.
Ricardo Rabell consideró que el libro impreso se complementa con el libro digital, incluso que la tecnología que hay hasta el momento no sustituye a los libros impresos.
“Estamos trabajando para que la gente que realmente gusta de los libros tenga el aprecio y el acercamiento con éstos. Se dio en un principio un incremento muy veloz en adoptar los libros impresos y gradualmente se ha ido retrocediendo el libro impreso”.
Aseguró que la gente que ama a la lectura, generalmente no todos, pero si la mayoría prefiere leer impresos, tenerlo en su mano, oler el papel y pasar hoja por hoja.
“Es un proceso que nos ayuda mucho a apreciar el libro y generalmente esas personas nos dicen que les cuesta mucho trabajo leer libros digitales, porque no saben usar los aparatos electrónicos. Por el momento la tecnología no sustituye los libros en físico”.
FALTA INCULCAR EL HÁBITO DE LA LECTURA
El especialista en libros aseguró que desafortunadamente en nuestro país no hay una gran promoción a la lectura.
“Lo notamos cuando sale alguna película basada en algún libro y ahí es donde inmediatamente crece la venta de este título. Por lo tanto, nosotros consideramos que lo que hace falta es más publicidad a cada uno de los libros y sobre todo darle la importancia que tiene la lectura. Oímos mucho de cada sexenio que ahora sí se va a procurar fomentar la lectura, pero en la práctica no hemos llegado a ese gusto por la lectura”.
Indicó que ha habido muchos programas donde quieren imponer, desde un escritorio, el tipo de lectura que debe de leer cada quien, sin darse cuenta que la lectura tiene que ser por gusto y no por obligación.
“Cuando nos dicen ¿qué le recomiendas a alguien para leer?, lo primero es que sea un tema que le guste, que le llame la atención porque si le imponemos algo a lo que no le va a agarrar interés es imposible que lo lea, y lo hemos visto constantemente en las escuelas, al llegar les dicen ‘tienes que leer este y este libro, hacer un resumen y traerlo’ y realmente muchas veces lo que pasa es que se piratean el resumen, el maestro ni siquiera lo checa, no comentan y ya con eso pasó la lectura y los docentes creen que ya cumplieron porque la meta era leer tres libros al año”.
MUJERES, QUIENES MÁS LEEN
Aseguró que, últimamente, se ha incrementado la lectura principalmente en mujeres jóvenes de entre 10 y 12 años hasta los 17 y 18 años, quienes normalmente buscan novelas de amor.
“Algunos jóvenes hombres buscan la lectura, pero generalmente son más las mujeres. Por eso quien está empezando a leer debe disfrutarlo y en ocasiones los castigan y les dicen: ‘te portaste mal, vete a tu cuarto y ponte a leer’, pero la lectura tiene que ser placentera, debe encontrar refuerzos en casa y en la escuela para que se cree a un buen lector”.
Definitivamente, mencionó, todo lo que se haga por la lectura va a ser bueno y va a redundar siempre en una mejora para toda la gente, ya que los círculos de lectura en escuelas son excelentes, pero que esto no sea obligatorio, que los niños realmente se inmiscuyen y que no vayan buscando nada más para pasar la materia.
“Tenemos que trabajar mucho tanto en las escuelas como en casa, porque la mejor forma de hacer un lector es que vea a otros lectores. Si los papás nunca agarraron un libro, difícilmente van a lograr que los hijos lean”.
Rabell Dávalos consideró que lo ideal es cambiar las necesidades de las personas y que tomen el gusto por la lectura y que poco a poco tomen el gusto por la lectura.
“Lo hemos platicado mucho, entre los que estamos en este ramo editorial, en principio no importa lo que se lea, lo primordial es que se empiece a leer; está comprobado que una persona que se hace lectora, cada vez va a ir afinando sus gustos y va a ir buscando cosas que le mejoren su intelecto y no es necesario que empiecen leyendo a Cervantes o Rulfo porque son muy buenos, pero son complicados autores para una persona que no ha tenido algún otro libro en sus manos, entonces que vayan leyendo poco a poco y solitos van a ir buscando mejor literatura”.
SUPERACIÓN PERSONAL, ENTRE LO MÁS BUSCADO
El género que más solicitan en México es el de superación personal, es decir, de las ventas que no son obligadas por escuelas el 70 por ciento, aproximadamente, son de superación personal.
“La gente está buscando cómo mejorar y muchas veces no tienen una guía de qué hacer y han recorrido algunos libros. Hay algunos que son muy buenos, hay otros que son publicaciones que son muy conocidas, pero que realmente no tienen un gran valor para poder mejorar”.
Mientras que los jóvenes, detalló, de lo que generalmente buscan son los libros conocidos por la pantalla grande, tanto que en ocasiones se han “topado” mucho con que primero fue un éxito editorial y después un éxito de pantalla.
“Generalmente es al revés… el libro no se conoce mucho hasta que sale la película y entonces lo empiezan a buscar, incluso nos ha sucedido en algunas ocasiones que llegan a la librería, ven el título y dicen: ‘mira hicieron un libro de la película’ cuando es al revés. Entonces nos hace falta publicidad para que la gente esté enterada de todo lo que se produce y sobre todo los grandes clásicos que se han escrito a través de todos los tiempos”.
AUMENTA LA LECTURA CON LA PANDEMIA
Rabell Dávalos señaló que pensaron que con la pandemia la gente, al estar encerrada, iba a comprar libros, pero desafortunadamente este sector no se consideró un producto de primera necesidad, por lo que estuvieron haciendo sus pedidos en línea.
“Sí se incrementó la lectura, un poco, no mucho, pero desafortunadamente no llegó esa venta a las librerías; es más, en Querétaro, de las pocas que éramos tuvieron que cerrar algunas y somos todavía más poquitas las que hemos podido sobrevivir. Desafortunadamente ese ha sido el camino y estamos batallando mucho para subsistir como librerías”.
Cuestionado sobre qué se hace con los libros cuando cierra una librería, el especialista en libros refirió que este es un tema bastante difícil, porque generalmente empiezan a rematarlos y tratan de vender lo que tienen, aunque muchas veces los libros terminan en una bodega o en casa.
“Los que cerraron fue porque no pudieron pagar la renta donde estaba la librería y entonces los meten en cajas y terminan en una bodega, y cuando hay alguna feria, con algunos contactos que se tiene, tratan de rematarlos”.
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