El canciller Marcelo Ebrard Casaubón reclamó hoy al embajador estadunidense Ken Salazar por sus expresiones en contra de la reforma eléctrica, pues aunque reconoció que el diplomático se expresó “de manera respetuosa”, recalcó que existía un acuerdo para que Washington no emitiera una postura hasta “escuchar qué es y qué no es” esta reforma.
“Hay un diálogo con el embajador Ken Salazar”, insistió Ebrard, quien resaltó que “convenimos, sobre todo ahora que hemos estado en comunicación para diversos asuntos, que antes de que se fije una postura que no tenga la información del gobierno de México, es importante escuchar qué es y que no es la reforma eléctrica”.
“Hubo una primera sesión, habrá otras para que, en primer lugar, el objetivo de esas sesiones, es que él tenga claro qué es y qué no es la reforma”, subrayó el canciller, quien el pasado 11 de octubre aseguró que la reforma eléctrica no era un tema en la relación bilateral entre México y Estados Unidos.
Sin embargo, dos sucesos de ayer exhibieron que la reforma eléctrica sí es parte de la relación bilateral: en ruptura con el tono de extrema cautela que mantienen los gobiernos de Andrés Manuel López Obrador y Joe Biden, Salazar expresó desde su cuenta de Twitter que compartió con funcionarios mexicanos en Palacio Nacional las “serias preocupaciones” que su administración tenía respecto a ese “crítico asunto”.
Sostuve hoy importantes reuniones con @GobiernoMX para hablar sobre reforma energética. Quiero aprender más sobre el ímpetu de esta reforma constitucional. Expresé serias preocupaciones de #EEUU. Nos comprometimos a continuar el diálogo sobre este crítico asunto los próximos días
— Embajador Ken Salazar (@USAmbMex) November 3, 2021
De igual manera, ayer un grupo de 40 congresistas republicanos envió una carta a cuatro altos funcionarios del gobierno de Biden, en la cual exigieron que Washington presionara a México para que “cese sus acciones discriminatorias y para proveer a las empresas de Estados Unidos que operan o hacen comercio en México de un piso parejo, como se planteó en el Tratado de Libre Comercio (TMEC)”.
0ró como una “buena práctica que cuando hay una iniciativa de esta envergadura, haya un diálogo y realmente se conozca de qué se trata”, y abundó: “el objetivo de esas reuniones es que él tenga claro qué es y qué no es la reforma; y segundo, escuchar los planteamientos o preocupaciones que le han externado las empresas de origen norteamericano, para ver cuáles de esos planteamientos son atendibles, son razonables, y cuáles carecen de fundamento o tienen solución de otra forma”.
Fuente: Proceso
Be the first to comment