Reino Unido se encuentra sumido en las huelgas que se multiplicarán a lo largo de todo este mes sacudiendo a infinidad de sectores.
El sector ferroviario ha marcado la pauta, con cuatro días de paró convocado por el sindicato RMT, que representa a decenas de miles de trabajadores del operador estatal de ferrocarriles y de 14 empresas ferroviarias privadas.
RMT, que lanzó en junio pasado la mayor huelga de los últimos 30 años en el sector, exige mejoras salariales frente a la inflación, que se acerca al 11% en el país, y también garantías sobre las condiciones laborales.
A los trabajadores del sector ferroviario se van a sumar los empleados de los autobuses de Londres, los conductores de ambulancias y las enfermeras, en plena crisis del sistema sanitario británico y con los servicios de urgencias desbordados.
El descontento social se extiende, mientras el gobierno se mantiene inflexible ante las reivindicaciones de los huelguistas e incluso se estudia endurecer la normativa sobre el derecho de huelga.
El primer ministro, Rishi Sunak, declaró a finales de diciembre que la lucha contra la inflación implicaba «ser responsables a la hora de fijar los salarios del sector público» para no alimentar aún más la subida de precios.
Fuente: Euronews
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