El día de hoy, el comité de Justicia del Senado de Estados Unidos aprobó un proyecto de ley que, si aprueba el pleno, prohibirá a las grandes firmas tecnológicas como Amazon, Apple y Alphabet (Google) dar preferencia a sus propios servicios por encima de los de la competencia.
Nombrada como “Ley Estadounidense para la Innovación y las Opciones Online” recibió el apoyo de 16 miembros del comité, tanto demócratas como republicanos, y la oposición de únicamente seis de ellos, lo que le da bastantes posibilidades de ser aprobada cuando se lleve al pleno de la Cámara Alta.
La norma prohíbe una práctica muy común entre las llamadas plataformas tecnológicas: espacios digitales controlados por una empresa y dentro de los cuales se llevan a cabo transacciones de todo tipo, muchas de ellas comerciales.
Ese es el caso de Amazon, que controla el portal en el que cientos de miles de vendedores independientes promocionan sus productos; de Alphabet (Google), que posee el buscador online y los datos usados por millones de compañías para anunciarse; y de Apple, propietaria de la App Store en que los desarrolladores venden sus aplicaciones.
La propuesta de ley impide que estas plataformas den preferencia a sus propios productos o servicios por encima de los de la competencia, algo por lo que son muy habitualmente criticadas en el mercado y por lo que tanto reguladores como competidores ya las han llevado a juicio en varias ocasiones.
De este modo, Amazon no podría mostrar como primer resultado en una búsqueda en su portal un producto fabricado por la propia empresa en lugar de uno producido por terceros, salvo que exista alguna justificación; y lo mismo ocurriría con las demás plataformas.
Esta ley también podría tener serias implicaciones para los modelos de negocio de otras grandes tecnológicas como Meta o incluso TikTok.
La FTC y el Departamento de Justicia han iniciado un proceso para modernizar las directrices antimonopolio que permiten o bloquean fusiones empresariales y adaptarlas a un mercado digital en el que los gigantes tecnológicos rompen los esquemas tradicionales.
Fuente: Forbes
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