Un anciano de apellido Zhang, se gastó a finales de febrero el equivalente a 2 mil 900 dólares en un desfile funerario por su pueblo en la provincia de Anhui, al este de China, para averiguar si a alguien le importaría su muerte, lo que ha despertado las simpatías de las redes sociales del país asiático pero ha enojado a las autoridades.
En la mañana del funeral, más de cien “dolientes” se congregaron en casa de Zhang para un banquete y después comenzó una procesión de tres horas en la que el anciano se paseó por el pueblo sentado en un ataúd rojo transportado en un camión mientras saludaba a los sorprendidos viandantes.
Posteriormente el hombre explicó que tuvo la idea después de comprar un ataúd en previsión de su muerte, ya que se siente muy solo desde que su esposa falleció hace dos años y sus hijos, ya adultos, se mudaron lejos.
Zhang consideró que organizar su funeral en vida le mantendría entretenido y contento, y aseguró que había merecido la pena gastarse el dinero en ello porque lo disfrutó mucho.
A pesar del apoyo de los vecinos, las autoridades locales creen que el desfile funerario faltó al respeto a la tradición y a los muertos, por lo que han abierto una investigación.
En las redes sociales chinas, sin embargo, el anciano ha despertado simpatía por su aproximación positiva hacia la muerte: “Admiro su actitud ante la vida y espero que llegue a los cien años”, decía un internauta, mientras otro opinaba que “a pesar de estar solo, Zhang sabe disfrutar de la vida”.
Fuente: EFE
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