La Dirección General de Energía danesa informó ayer que, luego de que se detectaron cuatro fugas en los gasoductos Nord Stream, ha salido más de la mitad del gas y que el flujo podrá detenerse solo hasta este domingo.
Mientras tanto, Alemania evalúa los daños medioambientales en el Báltico y asegura que las fugas provocarán emisiones tóxicas por el equivalente de 7.5 millones de toneladas de CO2, según un comunicado emitido por la Agencia Federal de Medio Ambiente (UBA).
Por otro lado, el Nord Stream 1 y 2 no estaban en servicio. El primero interrumpió los suministros hace semanas, al alegar Moscú problemas técnicos, mientras que el segundo nunca entró en funcionamiento.
La ministra alemana de Medioambiente, Steffi Lemke, declaró que ya las fugas no entrañan peligros graves para el ecosistema marítimo, pero sí para la atmósfera.
Greenpeace, por su parte, aseguró que las fugas pueden liberar casi 30 millones de toneladas de dióxido de carbono, lo que equivale a dos tercios de las emisiones anuales de Dinamarca.
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