
Un jurado de Dakota del Norte declaró a Greenpeace responsable de millones de dólares en daños a una empresa gigante de oleoductos en relación con las protestas contra el oleoducto Dakota Access hace casi una década.
Energy Transfer Partners, con sede en Dallas, demandó a Greenpeace por 300 millones de dólares en 2019, acusando al grupo ambientalista de planificar las protestas, difundir información errónea y causarle pérdidas financieras a la empresa a través de daños a la propiedad y pérdida de ingresos.
Después de un juicio que duró tres semanas, el jurado de nueve personas tardó dos días en emitir su veredicto que fue declarar culpable a la organización ambientalista.
El resultado es un duro golpe para la organización ambientalista de 50 años de existencia, que anteriormente había dicho que el caso podría llevar a la quiebra sus operaciones en Estados Unidos, y los expertos dicen que podría tener consecuencias escalofriantes para la libertad de expresión.
«Creo que esta es una de las peores decisiones sobre la Primera Enmienda en la historia de Estados Unidos», dijo Marty Garbus, abogado de derechos civiles que ha estado siguiendo el juicio. «La decisión es incomprensible».
Otros expertos han criticado la demanda como una atroz demanda SLAPP, una demanda estratégica contra la participación pública que busca silenciar a los críticos enterrándolos en costos legales exorbitantes.
“El veredicto es una pérdida para Greenpeace, pero aún más para el derecho a expresarse que otorga la Primera Enmienda, y por lo tanto para todos los estadounidenses”, declaró James Wheaton, fundador y asesor principal del Proyecto de la Primera Enmienda. “Si las grandes corporaciones pueden hacerle esto a uno, pueden hacérselo a todos”. Aún no ha dicho Greenpeace sí apelará.
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