Boubaker BenBelhassen, director de la División de Mercados y Comercio de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), dijo que el conflicto entre Rusia y Ucrania «podría llevar a entre 11 millones y 19 millones de personas a la hambruna o hambre crónica para este año y el siguiente».
Esto a raíz de la reducción de las exportaciones desde Ucrania, que es un importante proveedor de maíz y aceite de girasol así como el productor de casi un tercio de los suministros mundiales de trigo; y de Rusia, que es un exportador clave de fertilizantes.
El conflicto entre ambas naciones ha empeorado la crisis alimentaria mundial con aumentos en los precios de los granos, aceites de cocina, combustibles y fertilizantes.
La FAO también señaló que los crecientes costos de los insumos agrícolas, como los fertilizantes, podrían disuadir a los productores de expandir la producción y empeorar la seguridad alimentaria en los países más pobres. «Los países más afectados están en la región del Cercano Oriente/África del Norte dada la fuerte dependencia de estas naciones de las importaciones, especialmente de trigo, pero también de aceite vegetal, aceite de girasol», indicó.
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