En los recientes dos años, seis defensores de los bosques y de los derechos colectivos de las etnias nahua y purépecha han sido asesinados o están desaparecidos, según dio a conocer el dirigente del Consejo Supremo Indígena de Michoacán (CSIM), Pável Guzmán.
De igual forma, en los últimos 40 años, más de 35 comuneros y autoridades indígenas han sido ultimados o no se volvió a saber de ellos. Sólo en Ostula, municipio de Aquila, fueron al menos 16, y los crímenes estuvieron relacionados con despojos y problemas de tierras.
Eustacio Alcalá Díaz, líder de la comunidad nahua de San Juan Huitzontla, municipio de Chinicuila, fue encontrado muerto en una brecha de esta demarcación, después de que hace tres años encabezó una lucha para impedir el saqueo de mineral de hierro por parte de empresas particulares y que durante décadas defendió el bosque ante los embates de la delincuencia organizada.
El 15 de enero fueron desaparecidos Antonio Díaz, líder comunal de Aquila, y Ricardo Lagunes Gasca, abogado de esa población nahua, ambos defensores de la autonomía y los derechos de los indígenas.
El 23 de febrero, en el poblado de Sicuicho fue ultimado a tiros el presidente de bienes comunales, Alfredo Cisneros, el 16 de diciembre, el coordinador de la ronda comunal de Ocumicho, municipio de Charapan, Pedro Pascual Cruz, fue asesinado y en julio de 2020, Jesús Miguel Gerónimo, ex jefe de la tenencia de Ichán, municipio de Chilchota, fue ejecutado a balazos en una tienda de abarrotes de su propiedad.
Los pueblos indígenas demandan al gobierno de Michoacán, que encabeza el morenista Alfredo Ramírez Bedolla, mayor presencia de cuerpos de seguridad para enfrentar a los grupos delictivos.
Fuente: La Jornada
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