El lunes 26 de septiembre se concretó con éxito la misión DART de la NASA en la que una nave espacial se estrelló internacionalmente contra un asteroide en la primera prueba de defensa planetaria de la humanidad ante la posibilidad a futuro de ser atacados por el impacto de uno de estos cuerpos celestes.
Aunque el asteroide Dimorphos, una roca de 160 metros que se encuentra a 11 millones de kilómetros de nuestro planeta, no tenía riesgo de impactar nuestro planeta, fue perfecto para la demostración ya que se quería demostrar que sí se podían desviar rocas espaciales que en el futuro representen una amenaza.
El objetivo fundamental de la misión es determinar si el impacto pudo cambiar o no la órbita del asteroide, lo que se podrá comprobar en unos días cuando se descubra como es el movimiento del asteroide alrededor del asteroide de mayor tamaño Didymos.
Para poder evaluar las consecuencias del impacto, se lanzará la misión Hera de la Agencia Espacial Europea en 2024, una nave espacial junto con dos CubeStats que llegarán dos años después. Se medirán las propiedades físicas de Dimorphos y se examinará el cráter de impacto DART y también la órbita de la luna, para poder planear una estrategia eficaz.
Esta es la primera vez que se intenta cambiar el movimiento de un cuerpo celeste natural y ahora que se logró el impacto de la nave espacial contra el asteroide, se dice que la ciencia apenas está empezando.
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